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HISTORIA

El Carmelo Descalzo

El Carmelo Descalzo reconoce como madre y fundadora a Santa Teresa de Jesús, y además con ella nos encontramos con la única Orden que ha tenido por fundadora a una mujer, y, a diferencia de la otras ordenes, con rama masculina y femenina, ha sido la femenina, la que ha precedido a la masculina.

No vamos a entrar en la vieja polémica entre el carisma del reformador y el carisma del fundador. En la Madre Teresa se dio, “querer conservar la continuidad del Carmelo”, lo novedoso no es el pasado en sí, sino el progreso, la mirada al futuro, lo que nos lleva a pensar que Santa Teresa “quiso que naciese un  nuevo estilo de vida religiosa”, y lo hace siempre en fidelidad a la Iglesia.

Lo que acabamos de decir es una afirmación que pasará a las constituciones donde nos definimos como “una Orden antigua, que hermana la fidelidad a la tradición espiritual del Carmelo con un afán de renovación permanente”. Tradición y afán de renovación, dos actitudes legadas al Carmelo Descalzo por su madre y fundadora Santa Teresa.

En el tiempo, siete años,  que media entre la visión del infierno, lo que motiva en Santa Teresa el deseo de vivir a mayor perfección, 1559, y la visita del General de la Orden, P. Rubeo,  a Ávila, 1566, se define el ideal teresiano, donde al fin va a predominar lo fundacional sobre los reformador, pues aunque hay en ella un entronque con lo anterior, una búsqueda de la regla primitiva, un deseo de ir a las fuentes de lo carmelitano, los “padres nuestros de donde venimos”, lo novedoso en  ella es “la voluntad de autodeterminación” a algo, que, vivido interiormente por ella, va a ser transmitido al grupo o familia por ella iniciada.

En Santa Teresa hay un crecimiento que va desde su deseo de reformarse a ella, o de reformar su orden, lo que motiva la fundación de San José de Ávila, 1562, a una preocupación eclesial, el de la unidad de la Iglesia, la vieja cristiandad, y finalmente, la preocupación apostólica al descubrir la misión, los nuevos espacios que se abren para la Iglesia en el América, el nuevo mundo.

El final de todo este proceso será el desarrollo fundacional que se desata y que llenará el resto de su vida, 1567-1582, y el dar a luz a los frailes descalzos, lo que acontece con San Juan de la Cruz y el P. Antonio de Jesús en Duruelo, 28 de noviembre de 1568, a los que transmite no sólo su estilo de vida, sino también su pasión o preocupación por la Iglesia y por la salvación de las almas, su ideal apostólico y misionero.

El Carmelo Descalzo: Texto
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